domingo, julio 05, 2009

Suiza pais neutral

Los consejos de San Nicolás de Flüe (1417-1487), que predicaba a los confederados de mantenerse alejados de conflictos ajenos, integran un elemento básico de la ideología neutralista de la Confederación y han marcado las pautas en política exterior durante casi quinientos años.

Suiza es, efectivamente, un Estado neutral desde 1515, un estatus que fue reconocido en la Paz de Westfalia en 1648, por primera vez oficialmente declarado en 1674 y reiterado en 1815 por las potencias europeas en el Congreso de Viena, que veían en la neutralidad helvética un elemento importante del nuevo equilibrio europeo. Desde entonces, la neutralidad ha determinado –más que nunca– la política exterior. La neutralidad helvética tiene, pues, una tradición muy larga, más larga que la de otros países neutrales como Suecia (1815), Bélgica (1830), la República de Irlanda (1921), Finlandia (1948) o Austria (1955).

El objetivo central de Suiza durante la guerra fue preservar su independencia y mantenerse alejada de las zonas de combate.

Por el inminente peligro que partía de una posible invasión por la Alemania nazi, Suiza se vio obligada a aumentar los gastos de la defensa para poder generalizar el reclutamiento de milicias y extender las construcciones defensivas. En marzo de 1939, se movilizaron las reservas para defender mejor la frontera con Alemania. A la población se le advirtió de almacenar comida, y le fueron dadas instrucciones para prepararse en caso de ataques aéreos.

Todas las parcelas de tierra disponibles fueron removidas para el cultivo de trigo, con lo cual se esperaba garantizar el suministro de víveres.

Henri Guisan, un soldado con una carrera impecable en el ejército suizo, fue nombrado comandante en jefe del ejército suizo, recibiendo el grado de general –un grado que en Suiza sólo existe en tiempos de guerra–.

Se esbozaron los primeros planes para defender el territorio en caso que Suiza fuera invadida. Ello dio pie a la famosa táctica del «reducto» (francés = réduit) en los Alpes, en cuyos valles se esperaba poder mejor organizar la resistencia contra una invasión. Se creía que al menos el reducto en los Alpes podría mantenerse inexpugnable, incluso si los alemanes lograran ocupar la mayor parte del territorio suizo.

Alemania anexó Austria en 1938. Y con la caída de Francia en junio de 1940, Suiza se vio rodeada completamente por Alemania y sus aliados.

Como nación neutral, sus relaciones exteriores con todas las partes beligerantes se dirigían conforme a los criterios establecidos en la Convención de la Haya de 1907.

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