Deutsche Zeitung fur Sud-Chile von Valdivia fue el nombre con el que inicialmente salió a las calles el periódico Deustche Zeitung (DZ), el 10 de abril de 1886. Esta publicación fue escrita completamente en el idioma germano, fue fundada por el alemán Johannes Frey, quien previamente ejerció como profesor en la ciudad de La Unión, y por Paúl Springmüller, empresario de igual procedencia, establecido en la ciudad del Calle-Calle desde 1878. Frey ocupo el cargo de jefe de redacción, mientras que Springmüller veía todo lo relacionado con la impresión, pues era dueño de la Imprenta Central (donde se imprimía DZ), y además se encargaba de la gestión comercial de la publicación. En la primera edición de este semanario, se presentaron los objetivos que perseguiría la publicación. En la portada, Springmüller, expresaba, en una especie de editorial o columna, que el periódico representaría los interés de la comunidad, comunicando los principales hechos internacionales, de Valdivia, y de las ciudades de Chile. Al analizar dicho número se pueden apreciar informaciones sobre tránsito de navíos; tipo de cambio y comercio; una sección con novelas y cuentos; otra con avisos clasificados, y otra para responder consultas. Frey, en otro artículo, afirma que el periódico se concebía como el medio escrito de los alemanes que vivían en el país y que su tarea sería representar los intereses de los germano-chilenos y salvaguardar los intereses del Estado chileno. Por último, manifiesta que no sería una publicación partidista, pues atesoraría su independencia bajo el lema: "progreso y libertad de espíritu". AVISAJE Y SUSCRIPCIONES Respecto de la parte comercial, el valor de la suscripción anual ascendía a 5 pesos y la de seis meses a 3. El precio de un aviso de tres líneas en una columna era de 10 centavos, tres avisos de la misma dimensión, 20 centavos; y tras conversación con el impresor, el valor de cada Línea en avisos de mayores dimensiones iría disminuyendo según una proporción establecida de común acuerdo. La primera edición tuvo cuatro páginas. Las tres primeras eran de contenido informativo noticioso, mientras que la cuarta estaba destinada solo para avisos (ver fotos). Cada página tenía 3 columnas. EL CIERRE Tras 27 años de circulación, en 1912, se produce el cierre del periódico, luego de 325 ediciones. Según las crónicas de la época, el hecho se debió a que gran parte de los empresarios alemanes de Valdivia no habían apoyado como debían al DZ. Julius Lampert, su último propietario, calificó de lamentable el hecho de que además de estas empresas, las asociaciones alemanas estuviesen también publicando sus avisos, en alemán, en los diarios locales de habla castellana. A partir de 1850 se inició el establecimiento de los primeros grupos de inmigrantes provenientes de Alemania. Entre ese año y 1875, aproximadamente 6 mil germanos se instalaron en la zona sur de Chile, de los cuales unos 2 mil lo hicieron en Valdivia y sus zonas aledañas. Gran parte de los alemanes que anclaron en Valdivia no eran personas de escasos recursos, pues muchos de ellos trajeron consigo sumas significativas de capitales, distribuidos en dinero efectivo, herramientas, maquinarias y otros bienes de distinto tipo. La solvencia económica de este grupo quedó en evidencia ya en el momento de su desembarco, cuando comenzaron a adquirir costosas propiedades urbanas y agrícolas en la ciudad y sus alrededores, así como materiales de construcción, ganado y pequeñas embarcaciones. Entre las principales compañías y propietarios industriales que destacaron durante 1850 y 1900 se deben mencionar la cervecería Anwandter, fundada por Carlos Anwandter y posteriormente administrada por sus hijos; la fabrica de zapatos Rudloff, de propiedad de Cristiano Rudloff y más tarde gestionada por su hijo Luís; la Compañía Industrial de Valdivia de Eduardo Prochelle y de sus hijos Carlos y Gustavo, quo además de elaborar cueros y de exportarlos a Alemania, poseía un local de grandes dimensiones para la venta al publico de productos importados en el centro de la ciudad; las respectivas curtiembres de los hermanos Jorge y Santiago Schuler; de Pablo Hoffmann, entre otras, que también exportaban su producción a Alemania; los astilleros de Alberto Behrens y de los hermanos Oettinger; las navieras de los hermanos Haverbeck, entre otras.
Fuente: El Ciudadano