sábado, junio 18, 2011

Carta del Jefe Seattle al Presidente de los Estados Unidos (extracto)

El Presidente de los Estados Unidos, Franklin Pierce, envía en 1854 una oferta al jefe Seattle, de la tribu Suwamish(1), para comprarle los territorios del noroeste de los Estados Unidos que hoy forman el Estado de Washington. A cambio, promete crear una “reserva” para el pueblo indígena. El jefe Seattle responde en 1855.

El Gran Jefe Blanco de Washington ha ordenado hacernos saber que nos quiere comprar las tierras. El Gran Jefe Blanco nos ha enviado también palabras de amistad y de buena voluntad. Mucho apreciamos esta gentileza, porque sabemos que poca falta le hace nuestra amistad. Vamos a considerar su oferta pues sabemos que, de no hacerlo, el hombre blanco podrá venir con sus armas de fuego a tomar nuestras tierras. El Gran Jefe Blanco de Washington podrá confiar en la palabra del jefe Seattle con la misma certeza que espera el retorno de las estaciones.
Como las estrellas inmutables son mis palabras.
¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra? Esa es para nosotros una idea extraña. Si nadie puede poseer la frescura del viento ni el fulgor del agua, ¿cómo es posible que usted se proponga comprarlos?
Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi pueblo. Cada rama brillante de un pino, cada puñado de arena de las playas, la penumbra de la densa selva, cada rayo de luz y el zumbar de los insectos son sagrados en la memoria y vida de mi pueblo. La savia que recorre el cuerpo de los árboles lleva consigo la historia del piel roja.
Los muertos del hombre blanco olvidan su tierra de origen cuando van a caminar entre las estrellas. Nuestros muertos jamás se olvidan de esta bella tierra, pues ella es la madre del hombre piel roja. Somos parte de la tierra y ella es parte de nosotros.
Las flores perfumadas son nuestras hermanas; el ciervo, el caballo, el gran águila, son nuestros hermanos. Los picos rocosos, los surcos húmedos de las campiñas, el calor del cuerpo del potro y el hombre, todos pertenecen a la misma familia.
Por esto, cuando el Gran Jefe Blanco en Washington manda decir que desea comprar nuestra tierra, pide mucho de nosotros. El Gran Jefe Blanco dice que nos reservará un lugar donde podamos vivir satisfechos. Él será nuestro padre y nosotros seremos sus hijos. Por lo tanto, nosotros vamos a considerar su oferta de comprar nuestra tierra. Pero eso no será fácil. Esta tierra es sagrada para nosotros. Esta agua brillante que se escurre por los riachuelos y corre por los ríos no es apenas agua, sino la sangre de nuestros antepasados. Si les vendemos la tierra, ustedes deberán recordar que ella es sagrada, y deberán enseñar a sus niños que ella es sagrada y que cada reflejo sobre las aguas limpias de los lagos habla de acontecimientos y recuerdos de la vida de mi pueblo. El murmullo de los ríos es la voz de mis antepasados.
(...) Yo no entiendo, nuestras costumbres son diferentes de las suyas.
Tal vez sea porque soy un salvaje y no comprendo.
No hay un lugar quieto en las ciudades del hombre blanco. Ningún lugar donde se pueda oír el florecer de las hojas en la primavera o el batir las alas de un insecto. Mas tal vez sea porque soy un hombre salvaje y no comprendo. El ruido parece solamente insultar los oídos.
(...) El aire es de mucho valor para el hombre piel roja, pues todas las cosas comparten el mismo aire -el animal, el árbol, el hombre-, todos comparten el mismo soplo. Parece que el hombre
blanco no siente el aire que respira. Como una persona agonizante, es insensible al mal olor. Pero si vendemos nuestra tierra al hombre blanco, él debe recordar que el aire es valioso para nosotros, que el aire comparte su espíritu con la vida que mantiene. El viento que dio a
nuestros abuelos su primer respiro, también recibió su último suspiro.
Si les vendemos nuestra tierra, ustedes deben mantenerla intacta y sagrada, como un lugar donde hasta el mismo hombre blanco pueda saborear el viento azucarado por las flores de los prados.
(...) Ustedes deben enseñar a sus niños que el suelo bajo sus pies es la ceniza de sus abuelos. Para que respeten la tierra, digan a sus hijos que ella fue enriquecida con las vidas de nuestro pueblo. Enseñen a sus niños lo que enseñamos a los nuestros, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le ocurra a la tierra, le ocurrirá a los hijos de la tierra. Si los hombres escupen en el suelo, están escupiendo en sí mismos.
(...) Cuando nos despojen de esta tierra, ustedes brillarán intensamente iluminados por la fuerza del Dios que los trajo a estas tierras y por alguna razón especial les dio el dominio sobre la tierra y sobre el hombre piel roja.
Este destino es un misterio para nosotros, pues no comprendemos el que los búfalos sean exterminados, los caballos bravíos sean todos domados, los rincones secretos del bosque denso sean impregnados,del olor de muchos hombres y la visión de las montañas obstruida, por hilos de hablar.
¿Qué ha sucedido con el bosque espeso? Desapareció.
¿Qué ha sucedido con el águila? Desapareció.
La vida ha terminado. Ahora empieza la supervivencia.

Jefe Seattle

(1) Los Suwamish son una tribu amerindia del estado de Washington en Estados Unidos de América

Fuente: http://www.ciudadseva.com/textos/otros/seattle.htm

El orangután y el perro


Después de perder a sus padres, este orangután de tres años estuvo tan deprimido que no podía comer ni respondía a ningún tratamiento médico. Los veterinarios creyeron que moriría de pena. Las personas de su zoológico encontraron un perro viejo y enfermo en el parque del zoológico y lo llevaron al centro de tratamiento animal para atenderlo. El perro llegó justo cuando el orangután estaba en tratamiento también. Las dos almas perdidas se conocieron y han sido inseparables desde entonces. El orangután encontró una nueva razón de vivir y siempre ambos tratan de ser la mejor compañía posible que pueden para su nuevo amigo. Están juntos 24 horas al día hagan lo que hagan. Viven en California del Norte, donde nadar es su pasatiempo favorito, aunque Roscoe, el orangután, le tiene un poquito de miedo al agua y necesita la ayuda de su amigo para poder nadar. Juntos han encontrado la alegría de vivir y el valor de la amistad. Han encontrado mucho más que un hombro amigo en el cual apoyarse.

sábado, junio 11, 2011

Buscando a Wally... en el infierno de Dante


Impresionante imagen: tres artistas chinos, Dudu, Li Tiezi y Zhang An, han reflejado en un gran mural de 13 metros cuadrados una especie de resumen de la historia contemporánea de la humanidad: 103 personajes conforman la obra ‘Discutiendo la Divina Comedia con Dante’. Políticos, deportistas, científicos… de todo, desde Marx, Lenin, Clinton a Michael Jordan, Mike Tyson o Pelé, pasando por Marilyn Monroe, Pavarotti o Elvis Presley. España está presente gracias a la aparición de Juan Antonio Samaranch, Picasso y Dalí.

Fuente: http://soydevosa.wordpress.com/2009/03/20/buscando-a-wally-infierno-dante/